top of page
Boca púrpura

Sobreviviendo a la Historia

una autobiografía

I

Presentación


Música que me acompaña: Men I Trust - Men I Trust: Cycle, especialmente


Hacerles justicia a ellos, escribir sus historias, cómo se perdieron a sí mismos dentro de su propia perversión, dentro de la perversión de la locura de barrio


El amor debería contener y saber usar la mierda, para que florezca la vida. El capitalismo no hizo eso por nosotrxs


Katrin Rayarram

JUNIO 2023


Me he encontrado sola mucho tiempo. Encontrándome, aprendí a sobrevivir. La locura de barrio no es cualquier cosa, por más que se encuentre habitando en nuestros hogares. Discurso que se alimenta a sí mismo, desde nosotros. Y con barrio me refiero al exterior salvaje de la colonia, a cierta clase de humanos, a la mayoría de nosotros. Nosotras. Exterior que alberga en su interior un silencio, gritos, engaños y torturas...


Se trata de un ciclo, de una cierta forma de transmisión, una forma de tradición.

En la mañana leía una nota sobre la muerte de Esteban [Sieva] Volkov, nieto de Leon Trotsky. Y leyendo su historia descubrí con horror, otra vez, algunos de los posibles destinos. No probables si me empeño en vivir bien, eso deseo creer. Hablo de destinos de la tragedia, de la guerra por el agua, del miedo a morir de hambre o de sed, de a mi hija no poder...


O si lucho porque eso no pase, que me caiga encima el odio. Como Stalin hizo con sus opositores. Oh, y el mito... y tanta sangre que no alcanza nunca su verdad, ni su justicia dentro de ella.


La humanidad me ha dolido mucho, casi me derrumbó.

Podría admitir que sí lo hizo, pero aún estuve ahí para reconstruirme. Me encontraba muy escondida, entre los pasadizos de mi propio calabozo. La niña, sucia y desnutrida, aquella del amor... Envuelta sobre sí misma estaba cuando la encontré. Oculta la cara entre sus piernas.

Sólo así se le permitía el amor. Fue el único sitio que encontró para sentirlo: entre sus piernas.

Calabozo
Fotografía original: De Enric - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=43378295. Edit: Katrin Rayarram

Pero hacerles justicia a ellos implica hablar de su historia primero, como los niños que fueron. Hoy son Ella, una mujer que se perdió a sí misma, y Él, un hombre que cerró su celda definitivamente, que se fragmentó tanto que una parte suya decidió que estaba bien que los demás sufrieran a costa suya. Quién sabe en qué etapa de su vida tomó esa decisión, quizá desde que era niño.


Hablo de mi padre y de mi madre, dos personas a las que nunca pude comprender, de las que poca información obtuve, si no era a través de sus historias. Porque ambos tenían historias qué contar, aún cuando no hablasen realmente de sí mismos; era el único sitio en que los encontraba, en su propia narración. Sin embargo, eso nunca fue suficiente para saber qué lugar ocupaba yo en sus vidas. Tratar de averiguarlo me condujo a una insoportable verdad. Por eso hoy no estoy con ellos.


Mas el rencor se ha transformado en otra cosa, porque alcanzo a ver los ciclos de la historia, porque he comenzado a respetar al tiempo. Respetar al tiempo es respetar la vida misma, pues la tiranía es justamente apresurar las cosas, o hacerlas marchar arbitrariamente a una voluntad, siendo que una marcha siempre es comunal. Eso se siente, esa limitante, ese control, la esclavitud se siente, porque no deja de doler que te rijan y dirijan hacia donde y como no quieres ir. Que te hagan recuperarte de la consecuente enfermedad, para seguir marchando, machacando. Postura de soldado: Mexicanos al grito de Guerra, por si acaso usamos los cuerpos de otras formas, por si el trabajo no basta y hay que mandarlos a liquidar. No sólo liquidar deudas, ser sicarios del alma también. Almicidas, decía Schreber.



Calabozo
Fotografía original: De Ecelan - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=2708460 Edit: Katrin Rayarram





Comentarios

Obtuvo 0 de 5 estrellas.
Aún no hay calificaciones

Agrega una calificación
bottom of page