Puesto de dulces
- Katrin Rayarram
- 1 may
- 2 Min. de lectura
Mi papá tiene un puesto de dulces, desayunos, lunch y frituras en la carretera 5 de Febrero con Zaragoza. Diario las personas con prisa y desorganización vienen y compran que el sándwich, que la coca, que los cigarros sueltos... Yo soy el hijo mayor de mi padre, tengo 14 años, también tengo una hermana de 9 y otra de 3 añitos. Y los tres, sin pena ni gloria, acompañamos diariamente a papá al puesto, ayudamos a montarlo y a quitarlo. También recibimos a los clientes, y manejamos un poco el dinero. A veces se nos resbala y entregamos mal el cambio, especialmente mi hermanita de 9 años. Le han tocado un par de tundas por eso. Pero papá trata de enseñarnos con cariño, después de todo. En realidad no tenemos dinero como para perderlo. Entiendo, entiendo...
Lo que no logro entender es al chalán. Papá le dio trabajo no hace mucho, porque con esto del COVID perdió su empleo y necesita alimentar a su madre santa. Es amable con papá, es trabajador... pero, ¿por qué siempre se me pega de ese modo?
Cuando se me acerca y estoy sentado o parado, siento cómo su pito se restriega en mi espalda o nalgas. A veces me ha tocado el pájaro con su mano. Yo no sé cómo responder, me parecen puterías esas. He querido decirle a mi padre pero sé que pensaría que soy joto y me metería una verguiza. No, no conviene eso. Además, no soy ningún puto. No se supone que esto me moleste en lo absoluto. Si me incomoda quizá estoy mal, o ¿debería decir algo?
Lo que me preocupa es que lo he visto acariciando a mi hermana.
8 SEP 2020

Excelente lectura... excelente sentido y sentimiento 😌 me encantó